Catequesis

Marcos Ripalda
3 min readMay 4, 2023

--

Cuando estás desayunando tu habitual entera catalana más café con leche templada y zumo de naranja colado, se te nubla la visión e intuyes que un hombre obeso o un niño gordo muy grande se abalanza sobre ti. Te espachurrará si no te quitas, pero, claro, esto es sólo una ilusión provocada por el virus que está en su estado embrionario.

El susto se te pasa enseguida y puedes terminarte el desayuno, que coronas con un eructo que no incomoda a nadie porque a esa hora en el bar no hay ningún cliente y Manolo, el que te sirve el desayuno desde que eras adolescente e ibas al instituto con tu mochila New Balance y acné en el cuello, está acostumbrado y a la vuelta de todo. Y también sordo como una tapia, conste.

En la envasadora donde trabajas no sientes ningún malestar hasta que haces un paroncito de una hora para un tentempié que adornas con una cañita Cruzcampo al punto glacial, pues estamos en agosto y es innegable que refresca más que un vasito de agua del tiempo.

Así que cuando te dispones a salir de este otro bar que regenta Patxi con mano temblorosa debido a su propensión a no tomarse nunca la última, sientes un vahído y la sensación olfativa, ilusoria también, de que se te están cayendo los dientes al mismo tiempo que se te queman los pelillos del escroto, así que te sacudes la entrepierna mientras te metes los dedos en la boca y te tocas los dientes y hasta derramas un florero con margaritas de plástico a las que no les pasan el plumero desde el mundial de Naranjito.

Los habituales del bar, obviamente, ni se han inmutado al presenciar tus gestos simiescos, ni siquiera la guiri pelirroja metro ochenta y tres que ha hecho una paradita en su excursión “14 países en 72 horas” para hincarse un sol y sombra, algo typical spanish, ha dicho la cachonda, y luego, tras derramarse por el escote tres botellitas de agua mineral que le han salido por un dineral —cuando podía haber pedido una de litro, que sale por la mitad—, Patxi, el alcohólico que progresa adecuadamente hacia su entierro ha soltado, refiriéndose a la guiri gigante, que no la vamos a ver más en nuestra puñetera vida y así ha zanjado la cosa.

Total, que sales de este bar un poco atolondrado pero dispuesto, qué duda cabe, a aprovechar lo que te resta de extenuante jornada laboral.

Envasas durante cuarenta y cinco minutos y picas a la salida.

El menú del día aconseja los chipirones en su tinta y no los pides porque sabes que lo que se aconseja está en proceso de descomposición o pocho. Tampoco te aventuras con el adobo porque eres de Cádiz y el pescaíto en adobo donde hay mar es que no está fresco, Miguelín, como le recordaba su abuelo en los puestos de la plaza de Sanlúcar de Barrameda y, además, el vinagre te da ardores, así que pides un bocadillo de panceta ibérica y una jarra de medio litro de sangría para bajar el miajón.

Cuando estás acabando de dar cuenta de la media barra de pan con panceta para dos y vas a pedir una tercera jarra de sangría que entra, qué duda cabe, divinamente, se te nubla la vista por segunda vez y ves a Dios, por lo menos la imagen de Dios que conservas de tus no tan lejanos años de colegial, cuando pintarrajeabas los libros de religión católica y le ponías bigotito a María Magdalena, así que te atreves a hacerle la gran pregunta, que son dos en realidad: de dónde venimos y por qué estamos aquí, a lo que la alucinación en forma del Dios sobre fondo magenta que aparecía en la portada del libro de Religión de séptimo de EGB de Santillana, te responde que venimos de trabajar y estamos aquí porque había hambre y sed y ya no.

Sign up to discover human stories that deepen your understanding of the world.

Free

Distraction-free reading. No ads.

Organize your knowledge with lists and highlights.

Tell your story. Find your audience.

Membership

Read member-only stories

Support writers you read most

Earn money for your writing

Listen to audio narrations

Read offline with the Medium app

--

--

Marcos Ripalda
Marcos Ripalda

Written by Marcos Ripalda

Diseñador UX/UI. Cuentista postirónico. Licenciado en Periodismo. A veces diseño y maqueto libros. Apasionado de los vinilos y las tiendas de libros.

No responses yet

Write a response